domingo, 31 de diciembre de 2017

Donde el amor germina y crece por Mons. Ciriaco Benavente


Queridas familias:

El domingo que sigue a la Navidad, celebramos la fiesta de la Sagrada Familia. Recordamos y celebramos que el Hijo de Dios, al hacerse hombre, quiso nacer y crecer en una familia, la humilde familia de Nazaret. Contemplamos a ésta, además, en ese momento, el más entrañable y feliz para cualquier familia, en que es visitada por el nacimiento del primer hijo.

Con este motivo, os escribo a las familias. Lo hago al dictado de la emoción y el cariño, de la gratitud por haber nacido y crecido yo también en una familia, del deseo de proclamar y reafirmar la dignidad y belleza de la familia.

Dejadme que, antes de nada, os felicite de todo corazón a quienes tenéis la suerte de vivir la experiencia de una vida familiar gozosa. ¡Dichosos quienes, un día, os comprometisteis a vivir un compromiso de amor definitivo y lo seguís manteniendo contra viento y marea! Se ha dicho que no es verdadero amante el que no está dispuesto a amar para siempre. El amor es simultáneamente don de Dios y tarea nuestra cotidiana.

En los tiempos que corren, cuando me encuentro con familias que viven con tanta sencillez como hondura su condición, me parece un pequeño milagro de la gracia de Dios. Ahí florecen contra viento y marea aquellos valores que no pueden comprarse con dinero: el amor, la gratuidad, el compartir, el perdón, la fidelidad sin límites. Son valores amenazados por el mundo implacable de los intereses o por la superficialidad de unos sentimientos que pueden acabar convirtiendo al otro en objeto de uso y, a veces, también de abuso. Las familias podéis y debéis ser la alternativa que saque a esta sociedad nuestra de ese atasco de fracaso y desaliento en que con frecuencia nos movemos. Hay salidas que, como dice una experta en estos temas, por solucionar un problema, originan cien.

Que la familia de Nazaret sea como una inyección de fuerza y de luz, cuando tantos no llegan a descubrir ni a valorar la razón de ser de la familia, su sentido y su belleza secreta o manifiesta. Cuántos se quedan en la anécdota de sus limitaciones, en las dificultades de la convivencia, en sus frecuentes fracasos. Habría que apelar a la honestidad para que no se utilicen como punto de comparación sólo los fracasos. El arte se enseña mostrando las obras más logradas.

Tengo sumo respeto para aquellas rupturas que quizá se hicieron inevitables. Nunca juzgaré de su desenlace. Pero estoy convencido de que, para desestructurar una sociedad, nada hay tan directo como desestructurar la familia y vaciar de contenido los valores hondos que la sustentan y en ella se transmiten.

La familia es la pieza clave de la estructura social; punto de encuentro, lugar privilegiado donde el amor germina y crece. Un niño sin familia, se perdería en el camino hacia la madurez, el anciano sucumbiría a la soledad; sin la familia la sociedad se moriría de frío o de sequedad, acabaría ensombrecido el ya difícil camino de la convivencia.

Desde el respeto leal a quienes no comparten nuestra fe, doy gracias a Dios hoy porque sois muchos todavía los que, iluminados los ojos de corazón, habéis descubierto en la familia una presencia y un sentido más hondo y envolvente: habéis atisbado un reflejo, un eco, un icono del Dios trino, que en sí mismo es familia, relación, don, comunión substancial de amor: "A imagen suya los creó; hombre y mujer los creó", leemos en la Biblia. Habéis descubierto su carácter de sacramento de gracia: signo visible del amor invisible de Cristo por la humanidad. Habéis encontrado el cuenco ideal donde acoger el agua de la Palabra y de la fe y darla a beber a los hijos, el remanso donde uno se siente amado por sí mismo y, por eso, donde aprende a conocer y amar al Padre Dios y a los hermanos; el rincón donde la fe se hace fuerte antes de echarse a la vida.

¡Enhorabuena a todos los que, a semejanza de la familia de Nazaret, padres e hijos, sois o intentáis ser una comunidad de vida y de amor, que eso es la familia!

Concurso Belenes Escolares

Belenes realizados por los alumn@s de la provincia de Albacete. Expuestos en el Corte Ingles, últimos días, no os lo perdáis cuando visitéis la ciudad.

domingo, 24 de diciembre de 2017

El sentido de la Navidad

¿Cuál es El Sentido de la Navidad...?
¿Regalos que vienen y van, atracones de comer y beber, forzadas reuniones de familia o simplemente vacaciones? Incluso hay quien dice celebrar el solsticio de invierno. Y todo eso es respetable pero...
¿Cuál es el verdadero sentido de la Navidad...?
Aunque cada persona encontrará el suyo en sus vivencias, sentimientos y creencias, hay algo que nunca se nos debería olvidar.
La Navidad es el Nacimiento del Hijo de Dios.
Y esta llegada del Niño Jesús, conlleva también la llegada al mundo de la mejor noticia que nos han dado nunca: "El único camino para ser feliz es el AMOR"
¿Qué mejor motivo de celebración y alegría? ¿Qué mejor momento para examinar las conciencias, perdonar, renovarnos y comenzar a ser mejores personas?...Alguien dirá que para esto cualquier época del año es buena, y tiene toda la razón. Pero los seres humanos somos tan irracionales a veces, que en ocasiones necesitamos tener excusas para poner en marcha las buenas intenciones.
¡¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!!
 




Esperando al niño...

 


martes, 5 de diciembre de 2017

Adviento - Es tiempo del SÍ

 Un "sí" que cambió la historia...
Algunas veces, un "sí" puede cambiar muchas cosas. Pero hay un "sí" que cambió toda la historia... la nuestra.
Dios, nuestro Dios, es un Dios apasionado. Nada hacía preveer, en la historia de Israel, que fuera a dar un vuelco a su modo de hacerse presente en medio de su pueblo. Pero, sorprendentemente, dio un paso que ni los profetas habían contemplado, aunque sí intuído, pero no de modo tan radical. La Encarnación, el Dios que se vuelca en la humanidad a través de su Hijo Jesús, es el SÍ sin medidas del Dios Ternura: con este "sí" cambió el mundo...
Dios mueve nuestra vida a decir "sí"...
Lo hizo con María, tal vez llena de miedo, temblorosa, acobardada por lo que se le venía encima. Pero ella abre la puerta a la esperanza pronunciando su "aquí estoy", su "sí" a Dios. Es, por así decirlo, el momento en el que se encuentra el "sí" de Dios con el "sí" de toda la humanidad en la Madre, en María.
Ella, como tantos otros después, "sisearon", descubrieron la fuerza que se encuentra en esa sencilla palabra: la fuerza de todo un Dios entrando en el mundo a través de nuestra disponibilidad. Con Él, no hay temor. Con Él, es posible lo imposible. ¿Te apuntas al #yoSISEO?
#yoSISEO
Comparte en las redes tu opinión, tu reflexión y tu oración. No olvides usar #cienporciencorazón y así entre todos podremos llenar la red no sólo con nuestro corazón, sino sobre todo con el Suyo. Con el de Dios.

domingo, 3 de diciembre de 2017

La palabra de ... Mons. Ciriaco Benavente

Soñar despiertos y en traje de faena
Los cristianos podemos desearnos hoy un “buen año nuevo”. Comenzamos, con el primer domingo de Adviento, un nuevo año litúrgico. El Adviento es tiempo de espera en el Señor que vino, que vendrá, que viene. Los textos litúrgicos nos ayudan a vivir este tiempo de gracia:
Isaías, un antiguo profeta, en un momento en que el pueblo, vuelto del destierro, se en­cuentra con enormes dificultades para recons­truir su nación, grita al Señor con una preciosa oración: “Ojalá rasgases el cielo y descendieses”.
Y el evangelista Marcos nos sacude con fuerza para hacernos despertar: “Estad aten­tos, vigilad, pues no sabéis cuándo vendrá el se­ñor de la casa, si al atardecer, o a media noche, o al canto del gallo, o al amanecer: no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormi­dos»”.
La concepción de “la vida como un sue­ño” es tan antigua que parece engastada en la experiencia misma de la humanidad. Está presente en el pensamiento hindú, en la moral budista, en la tradición judeo-cristiana y en la filosofía griega. Según Platón, el hombre vive como en un mundo de sueños y tinieblas, cau­tivo en una caverna de la que sólo la tendencia hacia el bien podrá liberarle. Y nuestro Cal­derón de la Barca compuso en el siglo XVII un drama admirable con el título de “La vida es sueño”, en que Segismundo, el protagonista, vive en una cárcel, sumido en la más completa oscuridad por el desconocimiento de sí mis­mo. Sólo cuando es capaz de saber quién es, consigue la luz y el triunfo.
Los sueños, aunque sean proyecciones de­formadas de realidades reprimidas en el subconsciente, son irreales. Podemos soñar que estamos en el mejor de los mundos, que lo te­nemos todo, y despertarnos con las manos va­cías. Podemos soñar despiertos, pero sumidos en el autoengaño, y eso es alienación. O pode­mos “soñar despiertos” y en traje de faena, que es el vestido de los que esperan de manera ac­tiva en un mundo mejor. Recuerdo que, en un estudio hecho hace años en Chicago, los ame­ricanos pensaban que sus vehículos, los más potentes y veloces del mundo, les daban liber­tad, les permitían ahorrar tiempo. El estudio probaba que, entre lo que suponía la compra del vehículo, los carburantes, los talleres me­cánicos, los seguros y los aparcamientos, casi la mitad de la renta del trabajo del americano medio estaba en función del mantenimiento del vehículo, que, a veces, para más “inri”, no lograba desplazarse, debido a los atascos, a más velocidad que los viejos coches de caba­llos.
Cuando la realidad se confunde con la pu­blicidad, o cuando vivimos en un sueño inducido por un contexto cultural que nos confi­gura a merced de los intereses de la ideología de turno, podemos sentirnos tan bien que ni siquiera nos percatemos de que estamos mu­riendo espiritualmente.
Hay sustancias que inducen y ayudan a conciliar el sueño. Son los somníferos, tan bien conocidos por una generación como la nuestra, enferma de insomnio. Algunos som­níferos crean hábito, dependencia. Alguien los comparaba al vampiro, que, según se creía, atacaba a las personas mientras dormían y, a la vez que les chupaba la sangre, les inyectaba una sustancia soporífera que les hacía experi­mentar de un modo más dulce el dormir.
Se nos ha hecho creer que, por ser libres, todo nos está permitido, que podemos incluso modelar la realidad a nuestro gusto y medida, sin tener que dar cuenta a nada ni a nadie, como dueños absolutos del bien y del mal; pero nuestra libertad es de creatu­ras, no de creadores, y ésta, si no res­ponde a la verdad del hombre, puede volverse contra él, como cuando violentamos las leyes de la naturaleza, que, con no poca fre­cuencia, se vuelven contra el hombre.
El inmanentismo de nuestra cultura y el hecho de que la venida del “Due­ño” se demore, podría dar lugar a que el “largo me lo fiais” nos acostumbrara de tal manera a vivir en la inmediatez que acabáramos cegando los horizontes de es­peranza y trascendencia que dan real sentido a la vida. La única salvación, entonces, ven­dría de alguien que nos sacudiera con fuerza, haciéndonos despertar del sueño.
Eso es lo que pretende el grito que tan reite­radamente resonará en la liturgia del Advien­to: “¡Estad en vela!”. El velar, en el Evangelio, va unido siempre a la oración: “Velad y orad”.
Seguramente Marcos, que fue colabora­dor de Pedro, recordaba, al hacer referencia al canto del gallo, lo que aquél le contó, y cómo, por no haber sabido velar, negó por tres veces a su Maestro en la noche de la pasión.
Hay que soñar despiertos en un mundo nuevo, en una nueva humanidad. Para ello, necesitamos acoger al que viene, al que trae la novedad de una salvación plena en cada Navi­dad. ¡Buen Adviento!

domingo, 26 de noviembre de 2017

Encuentro Diocesano de Jóvenes

Se ha celebrado el Encuentro Diocesano de Jóvenes con el lema "Caminando juntos". Una jornada festiva en El Sahúco donde centenares de jóvenes compartieron una marcha con tres paradas y reflexionaron con la mochila, cantimplora y GPS: el testimonio, la conversión y la presencia del compromiso social. Uno de los objetivos ha sido compartir juntos, sentir que no están solos. A la llamada del encuentro han respondido los jóvenes seminaristas y venidos de Chinchilla, Pozuelo, Peñas de San Pedro, Aguas Nuevas, La Gineta, Villarrobledo, Hellín y de la capital: JMV, Colegio Ntra. Sra. del Rosario, Fátima, San Juan, Sagrada Familia, San Pablo, San José, San Vicente Paúl, El Buen Pastor, Ntra. Sra. Angustias y San Felipe Neri.

La palabra de ...

Necesitamos volver al primer anuncio
José Antonio Cano
 
Estamos viviendo, en este momento, una hora de gracia y también de responsabilidad. La llamada a la Nueva Evangelización es ante todo una llamada a la conversión. Hoy más que nunca, en nuestra tarea evangelizadora, necesitamos volver al kerigma, al primer anuncio: “Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte”. Cuando a este primer anuncio se le llama “primero” eso no significa que está al comienzo y después se olvida o se reemplaza por otros contenidos que lo superan. Es el primero en un sentido cualitativo, porque es el anuncio principal, ese que siempre hay que volver a escuchar de diversas maneras y ese que siempre hay que volver a anunciar de una forma o de otra a lo largo de la catequesis, en todas sus etapas y momentos. Así nos lo recordaba el papa Francisco en el número 164 de su Exhortación “Evangelii Gaudium”.
 Lo decisivo del kerigma es la acción, la proclamación. Por la proclamación del hecho viene actualmente el reino de Dios, se hace real el Evangelio, Jesucristo se hace presente, la Palabra de Dios se pronuncia y actúa. Así, podemos decir que el kerigma es una manera de decir, con convicción, con decisión, con seguridad un anuncio de gran valor: el gran amor de Dios. Y precisamente, por anunciar la salvación, esta proclamación interpela a la aceptación de la misma, es decir, a la conversión. Busca interpelar e inquietar hasta lograr que algo ocurra en quien la escucha, y ese algo, como decíamos anteriormente, es la conversión.
El kerigma es el servicio principal que debe realizar la Iglesia. La evangelización debe contener siempre una clara proclamación de que en Jesucristo, se ofrece la salvación a todos los hombres, como don de la gracia y de la misericordia de Dios.
En su Discurso Inaugural para la IV Conferencia del Episcopado Latinoamericano, realizada en Santo Domingo, en 1992, el papa San Juan Pablo II fijó una idea motriz que impulsa la necesidad de acometer con valentía y creatividad una evangelización nueva, no convencional, no rutinaria, que permitiera que el mensaje de Jesucristo llegara a las personas y sectores que no están siendo suficiente y eficazmente considerados. Necesitamos una Nueva Evangelización, nueva en sus métodos, nueva en su ardor y nueva en su expresión.
Hablar de nuevo ardor es hablar del fuego del Espíritu Santo que enciende en nosotros el deseo de inundarlo todo con la presencia del resucitado. De igual manera que habrá que buscar los métodos adecuados que respondan a las características del hombre de hoy, abandonando aquellos métodos y expresiones que quizás en otro tiempo sirvieron pero que hoy ya no contribuyen a hacer discípulos.
Si se trata de realizar el anuncio central de la salvación habrá que cuidar a los agentes de este anuncio. El evangelizador ha de tener ciertas actitudes que ayuden a acoger mejor el anuncio: cercanía, apertura al diálogo, paciencia, acogida cordial que no condena. (EG, 165)
Desde aquí animamos a todos a dejarse transformar interiormente y llevar a cabo con generosidad, audacia, valentía y creatividad la con- versión pastoral necesaria para que el Evangelio llegue al hombre de hoy.


domingo, 19 de noviembre de 2017

Resumen del Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de los Pobres


NO AMEMOS DE PALABRA SINO CON OBRAS

«Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras» (1 Jn 3,18). Es el lema elegido por el Papa para esta primera Jornada Mundial de los Pobres. “El amor no admite excusas: el que quiere amar como Jesús amó, ha de hacer suyo su ejemplo; especialmente cuando se trata de amar a los pobres”.

Los pobres, “con su confianza y disposición a dejarse ayudar, nos muestran de modo sobrio, y con frecuencia alegre, lo importante que es vivir con lo esencial y abandonarse a la providencia del Padre”.
 
Francisco propone que “en este domingo, si en nuestro vecindario viven pobres que solicitan protección y ayuda, acerquémonos a ellos: será el momento propicio para encontrar al Dios que buscamos”. Anima a los cristianos y a creyentes de otras religiones, a invitar a los pobres “a nuestra mesa como invitados de honor”, ya que así “podrán ser maestros que nos ayuden a vivir la fe de manera más coherente”.
Por otro lado, el Papa subraya que “el fundamento de las diversas iniciativas concretas que se llevarán a cabo durante esta Jornada será siempre la oración. No hay que olvidar que el Padre nuestro es la oración de los pobres. La petición del pan expresa la confianza en Dios sobre las necesidades básicas de nuestra vida (…) Es una oración que se dice en plural: el pan que se pide es «nuestro», y esto implica comunión, preocupación y responsabilidad común”.
“Que esta nueva Jornada Mundial se convierta para nuestra conciencia creyente en un fuerte llamamiento, de modo que estemos cada vez más convencidos de que compartir con los pobres nos permite entender el Evangelio en su verdad más profunda. Los pobres no son un problema, sino un recurso al cual acudir para acoger y vivir la esencia del Evangelio”, destaca.
Francisco explica los objetivos de la Jornada Mundial de los Pobres. “Esta Jornada tiene como objetivo, en primer lugar, estimular a los creyentes para que reaccionen ante la cultura del descarte y del derroche, haciendo suya la cultura del encuentro. Al mismo tiempo, la invitación está dirigida a todos, independientemente de su confesión religiosa, para que se dispongan a compartir con los pobres a través de cualquier acción de solidaridad, como signo concreto de fraternidad”.
El Santo Padre analiza los retos que el mundo de hoy debe afrontar en relación a la pobreza. Francisco denuncia las crecientes desigualdades sociales en el mundo que surgen, cada vez con mayor frecuencia, debido a los abusos de unos pocos privilegiados.
“Hoy en día –lamenta–, desafortunadamente, mientras emerge cada vez más la riqueza descarada que se acumula en las manos de unos pocos privilegiados, con frecuencia acompañada de la ilegalidad y la explotación ofensiva de la dignidad humana, escandaliza la propagación de la pobreza en grandes sectores de la sociedad entera”.
El Papa advierte, que “ante este escenario, no se puede permanecer inactivos, ni tampoco resignados. A todo esto, se debe responder con una nueva visión de la vida y de la sociedad”.
Además, en el mensaje manifiesta cómo debe concretarse la misericordia con los pobres. “No pensemos sólo en los pobres como los destinatarios de una buena obra de voluntariado para hacer una vez a la semana, y menos aún de gestos improvisados de buena voluntad para tranquilizar la conciencia”.
“Estas experiencias –explica–, aunque son válidas y útiles para sensibilizarnos acerca de las necesidades de muchos hermanos y de las injusticias que a menudo las provocan, deberían introducirnos a un verdadero encuentro con los pobres y dar lugar a un compartir que se convierta en un estilo de vida”.
El obispo de Roma estimula a “tender la mano a los pobres, a encontrarlos, a mirarlos a los ojos, a abrazarlos, para hacerles sentir el calor del amor que rompe el círculo de soledad. Su mano extendida hacia nosotros es también una llamada a salir de nuestras certezas y comodidades, y a reconocer el valor que tiene la pobreza en sí misma”.
“Si deseamos ofrecer nuestra aportación efectiva al cambio de la historia, generando un desarrollo real, es necesario que escuchemos el grito de los pobres y nos comprometamos a sacarlos de su situación de marginación”. “Al mismo tiempo, a los pobres que viven en nuestras ciudades y en nuestras comunidades les recuerdo que no pierdan el sentido de la pobreza evangélica que llevan impresa en su vida”.
En el mensaje, el papa Francisco también explica en qué consiste la vocación a la pobreza como se explica en los textos evangélicos. “No olvidemos que, para los discípulos de Cristo, la pobreza es ante todo vocación para seguir a Jesús pobre. Es un caminar detrás de Él y con Él, un camino que lleva a la felicidad del reino de los cielos”.
Asimismo, detalla qué es esa vocación. “La pobreza significa un corazón humilde que sabe aceptar la propia condición de criatura limitada y pecadora para superar la tentación de omnipotencia, que nos engaña haciendo que nos creamos inmortales”.


domingo, 12 de noviembre de 2017

La palabra de ... Mons. Ciriaco Benavente

Somos la Iglesia de Albacete
Celebramos hoy el Día de la Iglesia Diocesana. Lo hacemos con un lema, que venimos repitiendo año tras año: "Somos una gran familia contigo".
Venimos a este mundo en una familia que nos acoge con ternura y amor. La familia es lo primero que encontramos y lo último de que nos despedimos. En la familia crecemos, somos educados, absorbemos los valores que configuran nuestra existencia. A pesar de encontrarnos en un momento histórico en que la familia no es protegida ni estimada siempre ni por todos, no hay sondeo de opinión que no señale la altísima estima de que goza la familia.
Dios, que en sí mismo es amor, relación, comunión de personas, nos hizo a su imagen y semejanza, para ser y hacer familia: "Creó Dios al hombre a su imagen y semejanza..., hombre y mujer los creó" (Gn.1,27). Por eso, en el corazón de cada hombre y de cada mujer se alberga un deseo de plenitud que solo se alcanza en el encuentro y la comunión de vida y amor con el otro, con los otros, con Dios.
Lo de la Iglesia-familia no es, pues, algo coyuntural u opcional; responde a la voluntad creadora del Dios que es amor, y que nos hizo para vivir en el amor. El Concilio Vaticano II dice que la Iglesia "es en Cristo como un sacramento, o sea signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad del género humano" (LG,1).
En esta Iglesia de Albacete habéis nacido muchos de vosotros a la fe; aquí vuestra vida cristiana es alimentada en la mesa de la Palabra y de la Eucaristía; aquí os habéis unido en matrimonio para formar una familia cristiana; aquí sois fortalecidos con la esperanza de la vida eterna. A pesar de nuestros pecados, somos una buena familia, que, a la vez que intentamos vivir nuestra fraternidad eclesial como miembros de un mismo cuerpo, queremos colaborar para hacer de este mundo la gran familia de los hijos de Dios. Nuestra Iglesia, por eso, abre los brazos a todos, empezando por los más necesitados, sin limitación ninguna por razones de religión, color o estado social. Queremos ofrecer a todos, sin ningún tipo de imposición, la alegría del Evangelio, como un don que también nosotros hemos recibido. El tesoro del Evangelio es capaz de cambiar el corazón del hombre y el mundo.
Hay todavía muchas personas que no han tenido la oportunidad de conocer a Cristo. Y hay un número importante de bautizados en quienes se ha ido deteriorando la relación con Dios y con la Iglesia, necesitados, pues, de una nueva evangelización. Por eso estamos empeñados en la Misión Diocesana, aprendiendo a ser discípulos-misioneros. Porque poco podría lograr nuestra Iglesia sin los presbíteros y los diáconos, sin la riqueza de la vida consagrada, que es como la caricia de Dios a los pobres; sin los numerosos fieles laicos, que sois la cantera inagotable de colaboradores generosos en las variadas y numerosas tareas de nuestras parroquias e instituciones.
Queremos hacer cada día más real lo de ser una gran familia contigo, con cada uno de los diocesanos. Y, al decir "contigo", queremos decir, sencillamente, que te necesitamos, que eres parte nuestra, miembro del mismo cuerpo, como diría san Pablo. Esta Jornada anual pretende eso, ayudarnos a avanzar en el sentido de pertenencia, de corresponsabilidad y de colaboración. En medio de la intemperie espiritual en que nos toca vivir, queremos llevar adelante, entre todos, como familia diocesana, el encargo que Jesús nos dejó como herencia y tarea a la Iglesia.
Agradezco la generosidad de tantos que ofrecéis vuestra persona, vuestro tiempo y vuestra ayuda económica para la vitalidad y mantenimiento de nuestra Iglesia. ¡Gracias!

domingo, 29 de octubre de 2017

Más luz y menos zombis

JOSÉ JOAQUÍN TÁRRAGA
Toda flor cortada se marchita. Llega un momento en que el agua corrompida empieza a oler. Y es que parece ser que el tiempo pasa para todos. Incluso para las flores. Las cosas mueren, se pudren y dejan de ser bellas. Parece como si no hubiera escapatoria: la juventud, enfermedad que se pasa con el tiempo. Todo pasa, nada permanece, lo nuestro es pasar...
Pero la fiesta de los Santos nos habla de luz, de cambio, de conversión, de esperanza... Nos habla de flores secas que vuelven a renacer, de hojas marchitas que florecen con fuerza. Los santos nos hablan de sol que amanece en la madrugada y de camino más allá del horizonte.

Me encanta la fiesta de los Santos, me gusta recordar que nuestro Dios, el de Jesucristo, es Dios de vida que vence la muerte y nos llama a estar con Él. Un Dios que abraza y espera. Un Dios que resucita. Me gusta esta fiesta y cada año que llega recuerdo a mi abuela y las velas que ponía en la cámara. Y así me gusta vivirlo. Yo también pongo luz, me gusta sonreír ese día, no cerrar los ojos, saludar con los ojos bien abiertos, mirar al cielo y dar gracias a Dios por la gente buena que ha puesto en mi camino. ¡Cómo me gusta recordar a los míos que han sido ejemplo de vida y de valores que han hecho mejor este mundo!
Confieso mi pecado... en estos días también me sobreviene la lucha. Una lucha contra zombis, oscuridades y muertes. Es como una batalla entre el bien y el mal. La luz y la oscuridad. La tristeza y la alegría. Mi corazón se parece a las películas donde aparentemente ganan los malos. Y es ahí donde siempre queda la mirada al cielo y la sonrisa a Dios: ¡Gracias Señor por ser Dios de vivos y no de muertos!
La fiesta de los Santos es día de luces y oraciones. Me encanta celebrar la Eucaristía y rezar por mi gente con un agradecimiento a Dios y recordando el modelo de vida de aquellos que han sido de los mejores por su sencillez de vida. Es la fiesta del 1 de noviembre.
El día 2 de noviembre vuelvo a celebrar la Eucaristía y esta vez, vuelvo a rezar por los difuntos para que Dios los tenga en su corazón, un corazón de Padre bueno. Un corazón de vida.

domingo, 22 de octubre de 2017

Día del DOMUND

Desde Bolivia... Mª Jesús Torres

Muchas veces pensamos que ser valiente es ser fuerte, no tener miedo… 
El lema de este año, SÉ VALIENTE LA MISIÓN TE ESPERA, siento que es una llamada a cada uno de nosotros, con nuestros miedos y debilidades a estar abiertos, atentos a la llamada del Señor para anunciar, para proclamar y hacer presente allí donde estemos el amor de Dios. 
La misión también, pensamos muchas veces que esta fuera, que hay que realizarla lejos por ello los misioneros son los que se van lejos, a otros países… Todos los bautizados somos misioneros y como cristianos debemos comenzar a realizar la misión en donde estamos en nuestra familia, trabajo, parroquia pueblo…. Es ahí donde nos espera a cada uno.
Es por ello que siento que esta valentía la debemos poner en práctica cada día de nuestra vida en dejarnos interpelar, en dejar tiempo y espacio para oír la voz del Señor y ponernos en camino para dar nuestro si y comprometernos para trabajar, para que el Reino de Dios se haga un poco más presente en nuestra sociedad, en nuestro mundo, que sus valores de justicia, paz y fraternidad reinen en medio de nosotros, para que nuestro mundo sea más humano, para que todos tengamos al mismas posibilidades, sepamos valorar y compartir lo que somos y tenemos.
Es un día en el que se nos llama ser valientes para dejar un poco de lado lo mío y dar paso a lo del otro, a lo nuestro. Ser valientes para comunicar alegría esperanza al mundo. SÉ VALIENTE LA MISION TE ESPERA, nos espera a cada uno, te espera a ti... y con la certeza de que no estás solo Dios camina contigo…

viernes, 29 de septiembre de 2017

Video actividades y donativos Semana Solidaria 2017

Comenzamos el curso con el video resumen de las actividades y resultados de la Semana Solidaria que nuestros institutos de Alcaraz y Riópar realizamos todos los años para SER BUENA NOTICIA.



domingo, 30 de julio de 2017

Ante el incendio de Yeste

La geografía de la provincia de Albacete es hermosa y variada. Hay espacios a los que el verano, casi siempre largo y seco, convierte en áridos y pardos. Pero hay rincones y comarcas donde la vegetación conserva el verdor lujurioso de una primavera perenne. Así sucede en la extensa serranía del Segura.

Está finalizando un mes de julio tórrido como pocos. Tórrido y ardiente, porque ahora mimo está en llamas la hermosa comarca Yeste, uno de los más bellos y fecundos laboratorios de oxígeno en la Mancha: salud para el cuerpo y solaz para el alma. Y escucho con honda tristeza que desalojaron un campamento de Scouts, y que se sigue desalojando a los vecinos de las aldeas que corren algún riesgo.

En no pocos incendios existe la sospecha de intencionalidad y de premeditación. Si esto es así, habría que preguntarse qué está pasando en la conciencia de estas personas, qué secreta maldad se ha instalado en sus corazones, qué extrañas frustraciones o desvíos son capaces de originar una maldad tan gratuita y tanto sin sentido.    

Cuando asistimos a estos desastres, no nos hace ni chispa de gracia el viejo chiste, que circuló por los años ochenta: -Cuando un bosque se quema, algo suyo se quema, señor conde'-. Y no nos hace gracia porque la naturaleza es la casa grande que Dios ha preparado para todos sus hijos. Amén de las pérdidas materiales que los incendios suponen para los municipios y los particulares, a todos se nos quema algo. Y gracias a Dios si no hay pérdida de personas, como en este caso.

Contemplando en alguna ocasión lo que hasta ayer había sido un vergel y hoy era un triste e inmenso cenicero, me venían a la memoria los versos de aquel poeta malogrado, que supo de sequías y sudores: 'Se calcinan las frondas y los pájaros. / No se ve una sonrisa de frescura, …/ una lombriz, un junco ni una caña. / Dan ganas de llorar ver este mundo/sin un valle, ni un monte ni una orilla / donde el rebaño pueda abrir la boca (M. Hernández).

Todo incendio injustificado es un desastre ecológico que afecta a la casa común, pues no en vano 'ecología' procede de la palabra griega que significa casa. Uno imagina la desolación de los ancianos, que vieron crecer con ellos pinos, brezos y robledales. Imagino la amarga frustración de los hijos del pueblo que emigraron, y que, en estos mismos días, vuelven a la aldea soñando con el clima y el paisaje. Seguro que este año las fiestas patronales de agosto van a estar teñidas de tristeza.

Me cuenta algunos de los sacerdotes que se están dando gestos admirables de solidaridad y de acogida; que está siendo incansable la dedicación y el empeño de pilotos, bomberos y particulares; que las autoridades correspondientes no han escatimado cercanía y promesas, que los pueblos esperan que se hagan realidad. Siempre entre las cenizas pueden brotar flores; siempre la gracia resplandece en medio de la desgracia.

Me alegra que, desde el primer momento, nuestras parroquias, sus salones parroquiales y sus servicios de Cáritas hayan estado disponibles para la cogida y la ayuda incondicional.

La Iglesia de Albacete se une al dolor de los pueblos y aldeas afectados, expresa su cercanía a todos y ora para que, incluso en el infortunio, siga viva la esperanza que siempre ha acompañado a la sufrida gente de la sierra. Esperamos que, con el empeño de todos y con la ayuda de los organismos pertinentes, las tierras calcinadas recobren la fecundidad, la frescura y la belleza que ha sido orgullo de sus habitantes y admiración de sus visitantes.
D. Ciriaco Benavente

jueves, 29 de junio de 2017

Semana Solidaria 2017

Y aquí tenemos a los ganadores de la magnífica tablet de la rifa solidaria de este año.
¡¡enhorabuena a los ganadores!!


sábado, 24 de junio de 2017

Curso 2016-17: Viaje Cultural a Salamanca

La UNESCO ha nombrado a Salamanca Ciudad Patrimonio de la Humanidad, además, es Capital Europea de la Cultura. Salamanca es la ciudad española de estilo renacentista más importante. El centro histórico y monumental de Salamanca conserva intactos todos sus monumentos de distintas épocas y estilos.
El pasado jueves 27 de abril, 50 alumn@s de 3º y 4º de la ESO junto con 3 profesores del Instituto nos dirigimos (tempranito, eso sí) hacia Salamanca, con el fin de pasar unos días de convivencia, aprendizaje y -por qué no- de ocio y diversión (de todo menos descansar y dormir, ja, ja).
 
Al llegar, nos alojamos en el Albergue Municipal “Lazarillo de Tormes”, a escasos 20 minutos paseando de la zona monumental de Salamanca. Después de tomar posesión de nuestras habitaciones, reponer fuerzas y descansar un rato, nos dirigimos al centro de Salamanca para pasear por sus calles repletas de cultura y tradición, universidades centenarias, turistas y estudiantes de múltiples nacionalidades, monumentos y parques, espacios para el ocio y diversión para todas las edades. 

Al siguiente día, tenemos preparada una completa agenda de visitas culturales a los monumentos más emblemáticos de la ciudad, hacia donde nos dirigimos atravesando el puente romano sobre el rio Tormes. El Puente Romano forma parte de la Vía de la Plata, una de las tres calzadas romanas que enlazaban Emérita Augusta (Mérida) con Cesar Augusta (Zaragoza) y con Astorga por la Vía de la Plata, actualmente la imagen de este Puente Romano es un exponente universal de la ciudad de Salamanca. 

La Plaza mayor 
La Plaza Mayor es una de las plazas más bellas y grandes de España. Es uno de los edificios de estilo barroco más importantes de España. Se construyó en el siglo XVIII. 
Es una plaza con soportales. Tiene tres pisos que se apoyan en 88 arcos. Junto a cada arco hay un medallón esculpido de personajes importantes de la historia de España: Hay monarcas, militares, conquistadores y otros personajes destacados de las letras, de las artes y de la religión. 

La Universidad 
La Universidad de Salamanca se fundó en el año 1218. Es una de las primeras universidades de Europa, junto con la Universidad de Bolonia en Italia, de París en Francia y de Oxford en el Reino Unido. 
El Edificio Histórico de la Universidad empezó a construirse en 1411 y se terminó en 1533. Es uno de los monumentos más importantes de España y una de las obras con más valor del arte renacentista español. 
La Universidad ha convertido a Salamanca en una ciudad del conocimiento, universal, abierta a las nuevas culturas y a la innovación, y con una intensa vida universitaria. 

Las Catedrales 
Salamanca tiene una catedral compuesta por dos templos situados uno junto a otro. Este conjunto de las dos catedrales es uno de los más importantes de Europa. 
La Catedral Vieja se empezó a construir el año 1120, y la Catedral Nueva en torno a 1520. En esa época reinaban los Reyes Católicos y la ciudad vivía una época de esplendor. 
La silueta de las dos catedrales, la Vieja y la Nueva, sobresale en el cielo de Salamanca formando un conjunto histórico artístico de gran belleza.

Ieronimus, las torres de la Catedral 
Con la exposición Ieronimus podemos subir a las Torres de la Catedral, dar un paseo entre las almenas, pináculos y gárgolas. También podemos contemplar la Catedral Vieja con su maravilloso retablo, y ver la gran Catedral Nueva por dentro, desde un elevado pasillo interior. 
Además de subir hasta la torre de las campanas, desde las terrazas de las Torres de la Catedral disfrutaremos de unas bellas vistas de la ciudad y de la vega del río Tormes. 

Casa de las Conchas
La Casa de las Conchas es uno de los palacios más populares de Salamanca y uno de los mejores ejemplos de la arquitectura gótica civil española. Inició su construcción en 1493 y finalizó en 1517. 
Toda la fachada está decorada con conchas que se colocaron para confirmar el matrimonio de dos nobles, Arias Maldonado y Juana de Pimentel, en cuyo blasón aparecía una concha. En el interior destaca la escalera, el artesonado y el patio con arcos mixtilíneos. Actualmente, es una biblioteca pública para disfrute de todos los ciudadanos. 

Convento de San Esteban 
Es un convento dominico. Es un espectacular monumento que tiene en su interior un enorme templo, un precioso claustro de Reyes, el claustro de Colón y numerosas dependencias donde aún viven los padres dominicos. 
En este edificio predomina el estilo plateresco, pero tiene también mezcla de otros estilos desde el gótico final hasta el barroco. De este estilo es su retablo. Cristóbal Colón se alojó en este convento cuando vino a Salamanca para presentar en la Universidad el proyecto de viajar a las Indias navegando hacia Occidente. 

La despedida 
Al siguiente día nos queda recoger nuestros equipajes, repletos de experiencias, nuevos conocimientos y emociones encontradas y despedirnos de esta gran ciudad, que siempre ocupará un pequeño lugar en nuestros corazones, y cuyos recuerdos nos acompañarán toda la vida.
Hasta siempre. 
Gracias Dori y Teresa por vuestro apoyo, dedicación y buen hacer en esta aventura.

Redacción:
José Cristóbal Fernández Varillas
(Profesor de Religión Católica del I.E.S. Pedro Simón Abril de Alcaraz)
Fotografía
Marian Amador Garrido(4ºAC)

Curso 2016-17: Visita al festival de cine internacional de Albacete (Abycine)

Los alumnos de 1º y 2º de la ESO del Instituto participaron en la XVIII Edición de Abycine, Festival de Cine Internacional de Albacete.
ABYCINE - FESTIVAL DE CINE DE ALBACETE, es un evento audiovisual que pretende localizar en el territorio manchego, una propuesta audiovisual atrevida y dinámica y un espacio de reflexión sobre las nuevas tendencias, tanto temáticas como estilísticas, del cine en la actualidad. Centrándose preferiblemente en nuestro país pero sin dejar de atender el contexto cultural internacional.
ABYCINE supone, además, la reivindicación de un espacio de cultura joven contemporánea, un punto de encuentro de los jóvenes profesionales del cine español, desde una tierra y una población muy lejana a los tópicos planteados generaciones atrás.
Salimos a primera hora con destino a Albacete, sede del Festival. Al llegar nos dirigimos al Centro Comercial Eroski donde disfrutamos de tiempo libre para almorzar y compartir un tiempo de ocio con los compañeros.
Posteriormente nos dirigimos al Teatro de la paz para asistir a las proyecciones dirigidas a alumnos de 1º y 2º de la ESO. Allí nos encontramos con los alumnos y alumnas de varios institutos de la provincia de Albacete, que al igual que nosotros se habían desplazado desde sus poblaciones para asistir al Abycine. 
Las proyecciones, no nos dejan indiferentes, nos emocionan, nos hacen reír, valorar lo que tenemos, y ver la realidad desde otra perspectiva nueva y distinta. 
Mi primer Abycine Abycine prepara para los alumnos de 12 a 14 años un programa de cortometrajes internacional especialmente diseñado para las inquietudes de los alumnos y profesores en cuanto a conocimiento audiovisual y cuestiones de diversos ámbitos educativos.

domingo, 18 de junio de 2017

Resumen del Mensaje de la Comisión Episcopal de Pastoral Social para el día de hoy

Cultivar la espiritualidad de comunión
" En la fiesta del Corpus Christi, los cristianos adoramos la presencia real de Jesucristo muerto y resucitado por nuestra salvación bajo las especies sacramentales del pan y del vino consagrados. En este día acogemos la invitación de Cáritas a crecer como comunidad de hermanos y a participar en la Eucaristía, sacramento de comunión con Dios y con nuestros semejantes. De este modo, cuantos comemos de un mismo pan no sólo somos invitados a formar un solo cuerpo, sino a crecer en la espiritualidad de comunión que dé sentido y anime nuestro compromiso social en favor de los que sufren", saludan los obispos.
En el Mensaje, titulado "Llamados a ser comunidad", los obispos invitan a "crecer en la espiritualidad de comunión que dé sentido y anime nuestro compromiso social en favor de los que sufren", tal y como reza el mensaje de Cáritas para el Día de la Caridad.
La Comisión Episcopal de Pastoral Social abunda en la necesidad de "superar nuestros intereses individuales, los comportamientos autorreferenciales y colaborar con el Señor en la construcción de un mundo en el que la experiencia del amor de Dios nos permita vivir la comunión y construir una sociedad más justa y fraterna".
Con Cáritas, la Conferencia Episcopal Española recuerda que "la comunidad es el ámbito donde podemos acompañar y ser acompañados, donde podemos generar presencia, cercanía y un estilo de vida donde el que el que sufre encuentre consuelo, el que tiene sed descubra fuentes para saciarse y el que se siente excluido experimente acogida y cariño". Solo en la comunidad "podemos responder al mandato de Jesús, que nos mandó dar de comer al hambriento" e "implicarnos en el desarrollo integral de los pobres, buscando los medios adecuados para solucionar las causas estructurales de la pobreza".
"Ahora bien, si queremos ser ámbito de comunión y constructores de comunidad", añaden los obispos, "necesitamos cultivar una verdadera espiritualidad de comunión al estilo de aquellos primeros cristianos que vivían unidos y lo tenían todo en común, porque eran asiduos en la enseñanza de los apóstoles y en la fracción del pan".
Una "espiritualidad de comunión" que supone "ver ante todo lo que hay de positivo en el otro, para acogerlo y valorarlo como regalo de Dios: un don para mí. Además de ser un don para el hermano que lo ha recibido directa- mente".
Por ello, el mensaje nos invita a que "promovamos cauces para vivir la comunión con los que sufren", defendiendo "nuestra identidad y nuestra dignidad personal". Y es que "el mayor problema no está sólo en la pobreza, sino en la pérdida de la dignidad humana que se esconde detrás de la pobreza y que afecta a quienes la sufren y a quienes la generan". Del mismo modo, los obispos animan a "sentirnos solidarios con la realidad global de nuestro mundo, sabiendo que el cuidado de nuestra vida, de las relaciones con la naturaleza y de la casa común es inseparable de la justicia, la fraternidad y la fidelidad a los demás".
De igual forma, señalan, "no estamos en el mundo sólo para dar pan o para promover un simple desarrollo económico". Además de pan, escriben los obispos, "necesitamos Palabra, relación, comunicación, comunión y sentido. Necesitamos a Dios y nos necesitamos unos a otros. Por eso, decimos que estamos al servicio del desarrollo humano integral", que "integre a todos los pueblos de la tierra, que integre la dimensión individual y comunitaria, la dimensión corporal y espiritual del ser humano, sin absolutizar al individuo ni masificarlo, sin reducir el desarrollo al crecimiento económico y sin excluir a Dios de la vida del hombre".
Este compromiso anima a "reaccionar ante las injusticias sabiendo que no es suficiente atender a las víctimas. Es necesario incidir en el cambio de las reglas de juego del sistema económicosocial". Así, citando al papa Francisco, los obispos subrayan que "no basta con transformar las estructuras, necesitamos dejarnos afectar por los pobres y desde ellos transformar también nuestros criterios y actitudes, nuestro modo de pensar y de vivir".
En lo referente a la economía, la Iglesia muestra su preocupación por "una sociedad centrada en el Dios dinero", de modo que los obispos piden "seguir abriendo caminos a otra economía al servicio de la persona que promueva al mismo tiempo la inclusión social de los pobres y la consolidación de un trabajo decente como expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer".
Finalmente, los obispos reclaman una mística "de ojos abiertos a Dios y a los hermanos, no una mística sin nombre y sin rostro, como algunas de moda. Una mística buscadora de ros
tros, al estilo de Jesús, que se adelanta a ver el rostro de los oprimidos, sale al encuentro de los que sufren y es buena noticia para los pobres".

domingo, 11 de junio de 2017

Resultados Semana Solidaria 2017


CLAVES PARA ALCANZAR EL ÉXITO Y LA FELICIDAD

La palabra de... D. Ciriaco Benavente

Todo hombre lleva la impronta trinitaria
Lo leí en un escrito de un hermano obispo hablando de la Trinidad, y me resulto sugerente: Es una escena de la película Decálogo 1, del director polaco Krzystof Kielowski: Sucede en Varsovia por los años 80. Un niño de ocho años, de nombre Pavel, muy inteligente, jugaba a hacer cálculos con el ordenador de su papá. Con él, en la misma habitación, estaba su tía. La madre del niño había muerto, y su padre, un ingeniero ateo, no le había hablado nunca de Dios. En un momento dado, el niño interrumpe su juego, se gira hacia su tía y le pregunta: —"¿Cómo es Dios?”. Su tía lo mira en silencio, se le acerca, lo abraza, le besa los cabellos y, apretándole junto a su pecho, le susurra a sus oídos: "¿Cómo te sientes ahora?" Pavel, que no quiere separarse de aquel abrazo, la mira y le responde: "Bien, me siento muy bien". "Mira, Pavel, Dios es así", le dice su tía. El director de la película recurría a esta bellísima parábola para intentar decir algo de Dios.
“Dios es amor” fue la definición que el discípulo Juan nos dio de Dios. Podía haber dicho que Dios es como un abrazo. La doctrina de la Trinidad no es un politeísmo camuflado; es afirmar que el Dios único no es un Dios solitario, sino que es en sí mismo relación, vida y amor.
Decimos que Dios nos ama, y es verdad; pero, desde la revelación de la Trinidad de Dios podemos decir más: que Dios “es” en sí mismo amor, don dado y recibido. Amar implica siempre una dimensión ternaria: el amor, el amante y el amado. Es lo que intentó balbucir Juan de la Cruz en unos versos admirables: “Tres personas y un amado/ entre todos tres había/ y un amor en todas ellas/ y un amante las hacía; / y el amante es el amado/ en que cada cual vivía;/ que el ser que los tres poseen/ cada cual le poseía/... porque un solo amor tres tienen/ que su esencia se decía;/ que el amor cuanto más uno/ tanto más amor hacía”.
Y Dios, que es amor, se hizo hombre para hacernos hijos en el Hijo, partícipes de su misma comunión de amor. Desde nuestro bautismo somos abrazados en el abrazo mismo del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Lo recordamos cada día en el saludo inicial de la Eucaristía: “La gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros”. Son las palabras con que se despedía san Pablo de la comunidad de Corinto.
Lo que vengo diciendo significa para el hombre una luz y, a la vez, un empeño. Hemos sido creados “a imagen y semejanza de Dios” uno y trino. Constitutivamente estamos hechos para el encuentro, el diálogo, el don, la reciprocidad, el abrazo. No estamos hechos para la soledad y la incomunicación, ni para encerrarnos en el propio egoísmo. La vocación comunitaria, empezando por la comunidad básica del hombre y la mujer, es la huella más significativa de la Trinidad en el hombre: “A imagen suya los creó: hombre y mujer los creó”, llamados a ser, en su diferencia personal, “una sola carne”.
La gran afirmación bíblica del hombre hecho “a imagen y semejanza de Dios”, que ha marcado tan profundamente la visión antropológica occidental y de la dignidad humana, implica que precisamente lo humano que hay en nosotros, y que estamos llamados a cultivar y a educar, es el lugar de nuestra imagen y semejanza con Dios. El antiguo adagio patrístico, «Dios se ha hecho hombre para que el hombre llegue a hacerse Dios», puede por tanto ser reformulado paradójicamente, sin desnaturalizarlo, en estos términos: «Dios se ha hecho hombre para que el hombre llegue a ser plenamente hombre», Todo hombre lleva la impronta trinitaria, la lleva la Iglesia, definida por san Cipriano como “pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. Estamos hechos para la comunión y para el don. La Trinidad no es el dogma frío, dado para ser creído, sino el misterio cálido para ser vivido. Es tan grande este misterio que, frente a él, el silencio nos dice más que el discurso, la adoración más que las palabras.
Quizá por lo del silencio y la adoración celebra la Iglesia en esta fiesta la Jornada “pro orantibus”, por los hermanos y hermanas de la vida contemplativa. Lo celebramos con un lema significativo: “Contemplar el mundo con la mirada de Dios”.
“El mirar de Dios es amar” decía el místico carmelita san Juan de la Cruz. Dios siempre mira al mundo y a cada ser humano desde el amor eterno que hay en las Tres Personas Divinas.
Los contemplativos, ellos y ellas, fueron llamados por Dios a hacer una comunidad no basada en los lazos de la carne o de la sangre, sino en el amor, para que teniéndolo todo en común fueran en la tierra anticipo y profecía de la familia hacia la que nos encaminamos. Específico de la vida contemplativa es la alabanza filial y la intercesión ante el Padre, prolongando así el latido esponsal del corazón de la Iglesia. Tal tarea no es exclusiva de los contemplativos, sino de todos, pero ellos y ellas lo asumen como quehacer propio. Como he dicho otras veces, ellos y ellas son los ojos siempre abiertos de nuestra Iglesia, el corazón que nunca deja de latir, vivificando al cuerpo eclesial. Con su vida pobre, virginal y escondida, son “laboratorios de oxígeno espiritual”; nos enseñan a relativizar muchas cosas. La “soledad sonora” de nuestros monasterios es un artículo de pri- mera necesidad para no perder las claves de la existencia y los ejes de la vida.
Valoremos y agradezcamos el servicio de los siete monasterios de monjas contemplativas de la Diócesis. Oremos para que no les falten vocaciones. En sus casas no vais a encontrar confort ni riquezas, pero sí el regalo de una sonrisa amiga, limpia y transparente, amor gratuito, susurros de Dios, bocanadas de aire fresco en medio de la sequía espiritual que nos aqueja. Estoy convencido de que los contemplativos, como los poetas y los santos, ofrecen más pistas de futuro al mundo que todos los tecnócratas juntos.