martes, 8 de septiembre de 2020

Una carta de despedida sin adiós

Hola a todos, queridos alumnos de Alcaraz y Riópar. Ante todo, espero que hayáis pasado un buen verano y hayáis podido descansar a pesar de la pandemia que nos tiene sobrecogidos a todos. Espero y deseo que tanto vosotros como vuestras familias estéis bien.

Tengo que comunicaros una novedad que me ha sucedido hace apenas unas semanas (durante el mes de agosto y de un día para otro), y que me ha supuesto tomar una decisión nada fácil para mí. Después de 13 años siendo vuestro profesor de Religión Católica, ha llegado el momento de retomar otro camino, no exento de obstáculos y dificultades, pero también lleno de esperanzas e ilusiones: me han dado la oportunidad de dar clase en un instituto de Almansa, el IES Herminio Almendros. Es una oportunidad de estar un poquito más cerca de mi casa, de mi familia, para poder dedicarles más tiempo a ellos. También supone viajar con mayor seguridad y un nuevo reto en mi labor como profesor de religión.


Quiero que sepáis que durante estos 13 años ha sido un placer ser vuestro profesor, así como en muchos casos, de vuestros hermanos y hermanas mayores. Me habéis tratado de manera extraordinaria y me habéis demostrado un cariño que seguramente tardaré mucho tiempo en encontrar en mi nuevo destino. Habéis sido unos alumnos maravillosos, y doy gracias a Dios por haberos tenido a cada uno de vosotros en mis clases, me habéis enseñado a ser mejor profesor.


Me hubiera gustado despedirme de vosotros en persona (hasta en eso los profes de religión somos “diferentes”) pero las circunstancias han sido así. También pienso que habría sido una experiencia más dolorosa si cabe para mí, puesto que ni siquiera podría daros la mano, abrazaros… la vida muchas veces es así de injusta.


Os pido perdón por mis errores que no habrán sido pocos, por tener poca paciencia con alguno, por mis caras al entrar en clase después de salir de otra algo enfadado (algunos notabais esto), por mi falta de atención más personalizada hacia los que más atención necesitabais, por hablar demasiado hasta causaros aburrimiento...

Creedme cuando os digo que estoy orgulloso de ser profesor de religión, a pesar de ir contracorriente, puedo aseguraros que, pese a las dificultades del camino, seguiré luchando por defender el derecho de los padres a poder elegir la educación moral y los valores que desean para sus hijos, es decir, para vosotros. Gracias a todos vosotros y también a vuestros padres por haber elegido la asignatura de religión y a mí como profesor para formaros en estos valores cristianos.


Espero haber contribuido como profesor de la asignatura de religión y desde mi persona a que todos seamos un poquito mejores, a querernos más y sobre todo a querer más a los demás. No olvidéis que la Semana Solidaria es vuestra, y que en cuanto se pueda realizar, debéis continuar con esa labor tan gratificante como es compartir con los más necesitados nuestro tiempo y trabajo para hacer de este mundo un espacio mejor para todos, una casa común, sin exclusión. No me cabe la menor duda que vuestros profesores os acompañarán encantados en esta labor tan generosa.


Os dejo en buenas manos, Carmen continuará como vuestra nueva profesora de reli, cuidarla al menos tan bien como a mí, seguro que aprendéis mucho con ella y de ella.

Si he llegado a este punto sin emocionarme, habré conseguido uno de los dos objetivos que me he planteado al escribir esta carta, el otro objetivo: terminarla sin perderme por el camino, como en tantas ocasiones ha sucedido al explicar algún tema de la asignatura.


Os deseo lo mejor para este tiempo de aprendizaje que pasaréis en vuestros institutos de Alcaraz y Riópar, tanto a nivel académico como personal, no olvidéis vuestros valores y estar siempre dispuestos para ayudar a vuestras familias, amigos y a todo aquel que os necesite.


Para terminar, me gustaría leeros un poema, atribuido a la Madre Teresa de Calcuta y agradeceros de todo corazón vuestra atención y paciencia conmigo.

“Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida.
Pero sabrás que cada vez que ellos vuelen, piensen, sueñen, canten, vivan…
Estará la semilla del camino enseñado y aprendido”.


Que Dios os bendiga.


Con cariño, vuestro profe de reli.

P.D. Estoy a vuestra disposición para lo que queráis y espero poder veros pronto. Seguimos en contacto en las redes sociales (Email, Instagram, Facebook y web de la asignatura).