ATREVERSE... y nadar a contracorriente
Besugos, tiburones, truchas, lubinas, merluzas y merlucillas, atunes, cirujanos, de agua dulce y agua salada… y, sí, todos peces, con sus características, sabores peculiares y también con sus costumbres. Hagamos un pequeño ejercicio: si fueras un pez, ¿con cuál te identificarías? ¿Cuáles serían tus características? ¿A qué sabría tu vida? ¿Más de agua dulce o más de agua salada? ¿Explorador o sedentario? Si fueras pez…
El papa Francisco, con su genialidad, un día les soltó a los jóvenes: “En esto os pido que os rebeléis contra esta cultura de lo provisional, que, en el fondo, cree que vosotros no sois capaces de asumir responsabilidades, que no sois capaces de amar verdaderamente… Yo tengo confianza en vosotros, jóvenes, y pido por vosotros. Atreveos a ir a contracorriente. Atreveos a ser felices”.
Y es verdad: hay peces que se dejan llevar por la dirección que marca la mayoría. Pero los que buscan algo más, ¡deciden ir a contracorriente! Y, buscando, descubren nuevos horizontes que habitar y vivir, e, incluso, al Dios que nos ama con locura y que quiere lo mejor para nosotros. ¡Que desea que seamos felices!
Te proponemos, este año, nadar a contracorriente: buscar, encontrar, vivir y decir sí a Dios y su plan sobre ti.