lunes, 6 de enero de 2020

Queridos reyes magos


Traed fuego para quemar todo lo que huele a corrupción, fraude, chantaje. Haced lo imposible para acabar con el hambre y la injusticia; para desterrar la cultura belicista, el negocio criminal de las armas, los niños soldados, la trata de personas y todas las esclavitudes que todavía perduran. Que en el ámbito político se acabe el exceso de confrontación y se esté dispuesto a apoyar todo lo que redunde en bien de los ciudadanos. Que se multipliquen las oportunidades para crear puestos de trabajo y se abran las manos para compartir. Al que no lo haga, echadle sólo carbón. Que prevalezca la transparencia y la cultura de la verdad; y que, al que miente, le crezca tanto la nariz que no pueda ni salir a la calle. Que todos seamos ángeles para los demás. Que se defiendan las fuentes de la vida y las vidas más débiles; que sientan vergüenza todos los que promueven la cultura de la muerte. Que se cuide la tierra para que sea casa acogedora para las generaciones futuras. Que se multiplique la gente sencilla, llena de fe y que rebosa ternura, como el papa Francisco. Que se multipliquen las instituciones y organizaciones por la paz y el desarrollo, como Caritas, Manos Unidas, Cruz Roja y tantas otras. Decidle a los hombres que abran las puertas y ventanas del alma para acoger el regalo más grande y mejor, el que más necesita el mundo de hoy y de siempre: Dios mismo, que se nos da hecho Niño, que ha tomado rostro de hombre para que todo hombre, que sea capaz de hacerse como un niño, tenga rostro divino. En fin, que todos los hombres podamos rezar y vivir el Padre Nuestro. Y de paso, cuando os postréis ante el Niño, le decís al oído que nos envíe para la diócesis de Albacete vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa, que las necesitamos. Y que nos envíe, también, a muchos jóvenes con vocación para formar matrimonios cristianos. Gracias, por anticipado.