Recuperar la misericordia íntima
4. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada
persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el
camino de la vida. (Misericordiae Vultus 2)
Teología, sí; y antropología
también. Fe y religión del
Dios que es amor, sí; y también propuesta de realización
para la humanidad por su posible
colaboración con los saludables
proyectos de Dios para con ella y
toda la Creación. Lo que está en
juego pues, no es solo que se re- conozca y alabe la presencia revitalizadora de Dios en la vida, sino
que el ser humano descubra su
propia realidad, la que más le humaniza y le hace progresar en el
orden de sus capacidades y de la
consecución de una sociedad más
justa y digna. Urge, para que no
fracase lo humano, ni se destruya
la Creación, recuperar esa misericordia íntima en cada persona,
frente al individualismo, el pragmatismo interesado y la avaricia
materialista que generan esa cultura del descarte que el papa denuncia (Evangelii gaudium 53).
Sólo esa mutua implicación con el otro, que nos hace verdaderamente humanos, podrá frenar la deriva de la economía, la
política, la cultura y el modo de vida actuales, hacia un mundo
que se parece cada vez más a esas
oscuras premoniciones futuristas
en las que la mayoría viven en un
gueto de miseria y una minoría
selecta se encierra en un bunker
dorado, paradisíaco pero siempre
en peligro, porque la desigualdad
hace también ficticia la seguridad
(Evangelii gaudium 59).
Para contemplar la misericordia de Dios, es menester que captemos todas las trazas de bien y la
generosidad, así como los gritos
de dolor y peticiones de ayuda
de los postergados del mundo.
Además de la oración y el silencio
hemos de cultivar esa aplicada vigilia de los sentidos a la que nos
invita Jesús en el Evangelio y de
la que Él mismo nos da ejemplo
en el pasaje del óbolo de la viuda
(Lc 21,1-4) Que la sangrante huella de lo humano, pero también
luminosa por
su bondad, no
nos sorprenda dormidos o
despistados, o
lo que es peor,
mirándonos
solipsistas
el ombligo.