D. Ángel Fernández Collado es el sexto Obispo de
Albacete. Toledano y con gran amor a la Iglesia, ha tomado posesión de la Diócesis de Albacete como Obispo y
pastor. Viene acompañado de su madre que vivirá con él.
Hoja Dominical ha querido conocerle algo más y recoger sus primeras palabras como Obispo de Albacete.
HOJA DOMINICAL. El papa Francisco le ha nombrado nuevo
Obispo de Albacete. ¿Qué sensaciones tiene?
D. ÁNGEL FERNÁNDEZ. Junto a la gran responsabilidad que sobreviene
sobre mi persona, consciente de mis
muchas limitaciones humanas, experimento una gran alegría interior que
inunda mi corazón al darme cuenta,
una vez más, del amor especial con
que Dios y la Virgen María enriquecen
mi vida para más y mejor servicio a la
Iglesia. Me siento hijo de Dios, un hijo
“mimado” y llamado a entregarme a su
voluntad y a ser un cauce limpio y sencillo por el que su amor misericordioso
llegue a las vidas de muchas personas.
Por ello, he aceptado, con prontitud,
con gozo en el corazón y cierto temor
humano, la vocación o llamada divina, mediante la designación del papa
Francisco, para cuidar pastoralmente
la querida Diócesis de Albacete.
H.D. ¿Cuáles son los retos de esta nueva etapa?
A.F. Los retos de esta nueva etapa de mi vida sacerdotal son incorporarme
al proyecto evangelizador de la
Misión Diocesana y potenciar aspectos esenciales y necesarios en nuestra
diócesis: pastoral de familia y vida,
sacerdotes, diáconos, y seminaristas,
vida consagrada y religiosa, niños y jóvenes, ancianos y enfermos, caridad y
promoción humana..., anunciar a Jesucristo y su Evangelio a toda persona, en
cualquier circunstancia o ámbitos de la
vida humana.
H.D. Le hemos oído repetir varias veces que "viene a Albacete a querer
a la gente"
A.F. Quiero hacer realidad esta actitud, para mi esencial y querida e
imitada del mismo Dios, de amar a los
demás, al prójimo, a la gente de la Diócesis y a todo el que pueda alcanzar mi
palabra, mis escritos o mi vida.
H.D. Algunas preocupaciones suyas son la juventud, el Seminario, los
curas...
A.F. Para un Obispo, pastor de un rebaño, todas las personas, parroquias,
movimientos, sectores pastorales, instituciones, cofradías y hermandades...,
son objeto de su preocupación y tarea
episcopal. Cada una en su momento y
con su importancia pero, algunas, ciertamente, son prioritarias como las que
señala la pregunta.
H.D. Junto a usted vemos a su madre.
A.F. Tengo muy presente la obligación que nos señala el cuarto mandamiento: amor y respeto a los padres.
A mi padre lo perdimos muy pronto,
siendo yo muy joven; a mi madre, Dios
la mantiene físicamente a mi lado,
como un entrañable y maravilloso regalo. Por supuesto que viene conmigo
a Albacete, lo mismo que mi amigo y
excelente sacerdote, José Miguel, como
secretario particular. Que el Señor los
conserve a mi lado durante mucho
tiempo, si es su voluntad.
H.D. Días antes de su nombramiento, estuvo con el Papa al finalizar un encuentro de Obispos que
cumplían cinco años de Ministerio
Episcopal y de unos Ejercicios Espirituales. ¿Algún consejo del Santo
Padre?
A.F. Fueron muchos los consejos del papa Francisco recibidos al escuchar sus palabras y percibir su entrega,
amor y servicio a la Iglesia: la oración,
larga en horas, contemplativa y profunda, juntamente con la predicación,
son tareas prioritarias y esenciales del
Obispo, después vendrán otras muchas: la cercanía y el cuidado de los
sacerdotes “vuestros prójimos más
próximos”; el amor profundo a la Madre Iglesia aunque en ella encontremos
pecado, sufrimiento, cruz; el anuncio
explícito de Jesucristo vivo, resucitado
y redentor, así como su Evangelio; el
cuidado “samaritano” a los más necesitados, corporal y espiritualmente; la
llamada a todos a la santidad...; y muchas sensaciones de sintonía afectiva
en la tarea a realizarla, y cómo realizarla ayudados por el Espíritu Santo.
• Un libro: "Dios o nada" (Card. Robert Sarah).
• Una película: "La Misión"; "Campeones" (J. Fesser).
• Una canción: "No adoréis a nadie más que a Él"; "Nada te turbe".
• Una comida: Sopa, filete, huevo frito y fruta.
• Un postre: Mazapán "delicias"; miguelitos; helado.
• Una ciudad: Toledo.
• Una obra de arte: "El Expolio" (El Greco).
• Período de la historia que le apasiona: Iglesia apostólica, moderna y contemporánea.
• Una preocupación: Sacerdotes, vida consagrada y religiosa, familias, jóvenes, pobres.
• Un sueño: Un Seminario Menor y Mayor en la Diócesis.
• Playa o montaña: Las dos, moderadamente.
• Aficiones: Bricolaje.